Salimos equipados con nuestras mochilas, siguiendo una ruta muy especial, las señales nos ayudan a llegar. Allí, en medio del castillo, sentada en su trono real, la Reina Isabel nos espera llena de amabilidad.
Su castillo nos ofrece con mucha hospitalidad, junto a ella rezamos y a Jesús nos encomendamos. Le damos gracias por lo vivido y le pedimos fuerzas para seguir el camino
No hay comentarios:
Publicar un comentario